Con 23 años de experiencia, la escuela Nº 2.075 Edgardo Manzitti favorece la inclusión de los niños con necesidades educativas especiales derivadas del déficit visual. Cuentan con la ayuda de la familia
Cuando se habla de integración se hace referencia al derecho que toda persona tiene a participar plenamente de la sociedad a la que pertenece y gozar, de una forma no discriminada, de todos sus servicios.
Esta escuela propone la integración del niño en su medio familiar y social, esto implica, considerarlo en forma integral. La integración escolar deberá ser entendida como Proyecto Interinstitucional de Intervención Interdisciplinaria.
Alrededor de cada alumno hay un conjunto de docentes que apoya el proceso educativo. La integración escolar es sostenida por el Equipo Integrador. Éste está formado por personal directivo de ambas instituciones, psicopedagogas, docente especializada, docentes de las escuelas comunes y la familia.
El chico discapacitado visual asiste a una escuela común, en algunas oportunidades, al mismo establecimiento de sus hermanos y amigos; esto permite que sienta que su déficit no lo hace distinto de sus pares. La integración modifica los preconceptos y actitudes que la gente, en general, tiene con respecto a la discapacidad visual.
El niño con necesidades educativas especiales crece al lado del que no lo es y aprende, desde pequeño, cuáles son sus posibilidades y a ponerlas en práctica, así como cuáles son sus limitaciones para poder superarlas.
La integración escolar va pasando por distintas instancias o etapas. Se parte de evaluar las posibilidades del niño y si se considera que están dadas las condiciones se acuerda con la familia la posibilidad de integrarlo. Es la familia quien, con la orientación de la escuela especial, elige la institución.
Equipo integrador
Una vez inscripto el alumno y conformado el equipo integrador, se realizan reuniones informativas, entrevistas y la firma de un acta acuerdo en donde queda registrado a qué se compromete cada miembro de este equipo y durante todo el ciclo lectivo se va evaluando el proceso educativo del alumno.
Es de destacar el rol del docente integrador, quien acompaña al alumno durante su tránsito por la escuela. Una de las funciones esenciales es la de actuar como nexo entre ambas instituciones, asesorando sobre sus necesidades, su incidencia en la realidad social y educativa.
Por otro lado, orienta a los docentes sobre la planificación diaria, cómo adaptar los materiales de clase según los contenidos o la actividad para reemplazar o compensar el material visual por la transcripción en sistema Braille y viceversa (manuales, cuadernillos de actividades, textos, libros de lectura, apuntes de clase, entre otros).
El niño con necesidades educativas especiales derivadas del déficit visual necesita de una serie de elementos específicos para desarrollar las actividades escolares; los alumnos ciegos utilizan la máquina de escribir Perkins Braille, ábaco horizontal o vertical, la caja de aritmética, el equipo de geometría, geoplanos, mapas, gráficos y esquemas en relieve, grabador, calculadora parlante, MP3 y los programas específicos para el uso de la computadora. En tanto que los alumnos con baja visión se valen de herramientas como la telelupa, atriles, cuadernos con renglones remarcados, fotocopias ampliadas, lupas, lápices de minas blandas y los programas específicos para el uso de la computadora, entre otros.
Baja visión
En la actualidad, el número de personas con baja visión se incrementó respecto de aquellas ciegas, debido (entre otras causas) al avance de la ciencia que previene, trata y cura ciertas patologías que en otras épocas conducían a la discapacidad visual total.
Distintas disciplinas como la neurobiología, la neuropsicología, la oftalmología, la neonatología, la psicopedagogía, la didáctica especial, la óptica y la electrónica, entre otras, contribuyeron directa o indirectamente a dar luz sobre esa temática. Todas esas especialidades aportan valiosas referencias teóricas a los conceptos de estimulación visual y rehabilitación visual.
Abordar el tema baja visión implica analizar la función visual que no es innata y evoluciona en estrecha relación con el desarrollo cognitivo y psicológico.
La estimulación visual se relaciona con el desarrollo visual, pues logra que un niño consiga interesarse por su entorno, quiera explorarlo y saber qué es.
Un niño con visión normal desarrollará la capacidad de ver de una forma espontánea; sin embargo un niño con baja visión, en la mayoría de los casos, no lo hará de forma automática, por ello se le deberá estimular visualmente mediante un programa sistemático encaminado a desarrollar sus funciones visuales. Si no hacemos esto funcionará visualmente muy por debajo del nivel que le permitiría su condición visual.
Cómo detectar
Los problemas de la vista son muy serios, pero en los niños no son tan fáciles de reconocer. Si no se detectan a tiempo pueden traer graves consecuencias, incluso la pérdida parcial o total de la visión.
nn Por eso, es recomendable que observen los ojos de los niños desde una edad temprana para saber distinguir si existe algún problema.
nn Cuando la función visual sufre una alteración y reducción considerable, son necesarios tratamientos específicos que estarán condicionados, entre otros factores, por la etiología del déficit, por el resto visual disponible, por la edad en la cual sobreviene la patología, entre otros puntos. Para un tratamiento hay que contemplar los aspectos clínicos.
fuente: http://proyecto-profesoradociegos.blogspot.com
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