Caminaban en paralelo y con contactos oficiosos en busca de avanzar en los tratamientos que pudieran devolver la vista a las miles de personas que, sobre todo con la edad, padecen diversos grados de ceguera por una degeneración macular, un deterioro en la parte central y más sensible de la retina que impide tener una visión completa y limpia. Ahora, las universidades de Valladolid y Liverpool han unido esfuerzos a través de un convenio que permitirá avanzar en la recuperación de este deterioro de los ojos. Investigación, formación y futura aplicación clínica son los tres pilares del pacto firmado en la ciudad británica el pasado día 9 de julio.
El punto de unión fundamental entre el Instituto de Oftalmobiologí a Aplicada (IOBA) y el centro británico es la terapia celular. La ya amplia trayectoria en esta investigación del equipo vallisoletano permite aportar su experiencia, más avanzada, en trasplantes celulares de la superficie ocular, proyecto dirigido, y ya con ensayos clínicos, por la investigadora Margarita Calonge, con el apoyo del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), de la mano de Ana Sánchez, que ha aportado la producción celular. De hecho, ya son 30 los pacientes sometidos a esta intervención y ahora se trabaja en un proyecto para emplear células madre extraoculares que permita tratar a personas con los dos ojos enfermos.
Por su parte, el Reino Unido cuenta con una fuerte estructura en terapia celular y con el hospital universitario de Liverpool, especialista reconocido en terapia génica. La oftalmología británica utiliza sistemas y técnicas únicos en Europa. Según explica el doctor José Carlos Pastor, director del IOBA, «los especialistas de Liverpool tienen una gran experiencia, con 90.000 pacientes con este problema dependientes del mismo, y formada técnica en rotación de la retina y traslocaciones de la mácula, aplicadas desde hace años, que queremos aprender a manejar». La realización de estas técnicas y, sobre todo, el control de sus posibles complicaciones, es fundamental para abordar con éxito los trasplantes de epitelio pigmentario de la retina como tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad que desarrolla el instituto vallisoletano.
Las dos universidades «tienen mucho que compartir y, aunque hace un año el Ministerio de Ciencia e Innovación rechazó avalar este proyecto en la convocatoria a la que nos presentamos, hemos decidido ponerlo en marcha porque hay mucho que compartir, y acudir así juntos con proyectos a financiaciones de la Unión Europea o de empresas farmacéuticas» , explica Pastor.
El pacto fue rubricado en Liverpool por el vicerrector ejecutivo de su Universidad, John Caldwell, y el anterior rector de la UVA, Evaristo Abril -la firma se pospuso por problemas de vuelo en la fecha para la que estaba prevista y aún no había habido elecciones en la Universidad ni, por lo tanto, cambios-; aunque en cualquier caso y dado que afecta exclusivamente al área de ciencias de la visión, el interlocutor fue el catedrático y director del IOBA, José Carlos Pastor.
En cuanto a su aplicación clínica, es algo que favorecerá también este convenio porque permitirá acelerar el proceso, dado que Liverpool ya dispone de los permisos necesarios para hacerlo.
Cinco años de vigencia
El acuerdo, que tiene una vigencia revisable de cinco años, no solo pacta la investigación conjunta incluyendo publicaciones científicas, sino que aborda la citada financiación de programas en áreas de interés mutuo, visitas e intercambio de personal académico para la investigación de asuntos relacionados con la oftalmología e intercambio de información entre ambos centros académicos; lo que permitirá disponer de un instrumento que estimule la formación de especialistas de ambos países.
Para el profesor Pastor, es de especial relevancia el intercambio de estudiantes entre Liverpool y Valladolid. «Nuestros médicos internos residentes en Oftalmología podrán pasar unos meses allí formándose, y los de ellos, acudir a Valladolid», destaca Pastor. «Es una ilusión incluso personal, se trata de estimular los llamados clínicos-cientí ficos». «La investigación ha estado tradicionalmente relegada a la básica, biólogos, bioquímicos.. . y, por su cuenta, los clínicos. Así, los avances científicos perdían el contacto con la realidad que aportan los médicos con el paciente, los grandes avances están lejos del enfermo», explica. «De esta forma -añade Pastor- hay dos riesgos claros: o no llegas a la aplicación o te metes en un terreno en el que puedes tener éxito, pero sin que sirva para nada. La aplicación transaccional es fundamental y, para ello, hacen falta clínicos capaces de entender a los básicos y esto es lo que queremos estimular, que los mir no solo operen bien, sino que además valgan para la investigación» .
Tesis doctorales
Además, el IOBA persigue que este trabajo tome realidad en forma de tesis doctorales con mención europea, es decir, que al pasar tres meses en una universidad extranjera y formar parte del jurado un miembro de la misma, el trabajo académico gane esta referencia.
El pacto académico servirá, por lo tanto, para avanzar en un territorio que ofrece extraordinarias posibilidades de desarrollo. Dado que ambos equipos coinciden en los trasplantes de epitelio pigmentario, se trata de no duplicar esfuerzos intercambiando información. El profesor Pastor indica que «no sé si la solución de la degeneración macular estará en las terapias avanzadas, génica o celular, pero desde luego pueden abrir caminos».
Los directores de este proyecto serán Paul Hiscott, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Salud y la Vida de la Universidad de Liverpool y Pastor, que además es miembro del comité de Gobierno de EURETINA, la sociedad que aglutina a los retinólogos europeos.
El acuerdo obliga a ambos responsables a coordinarse con frecuencia trimestral para analizar el progreso de las actividades conjuntas.
Durante la sesión científica que precedió a la firma del protocolo, el doctor Pastor expuso el avance de los trabajos en terapia celular y anunció que, actualmente, el IOBA está investigando en células madres no oculares (grasa) para transformarlas en otras capaces de reconstruir cualquier tejido. Así, anunció que, para antes de que acabe 2010, «está previsto elevar a la Agencia Española del Medicamento del Ministerio de Sanidad el protocolo que autorice a usar en pacientes dichas células».
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