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Detalle de uno de los prototipos de estas gafas. El próximo reto es minimizar e integrar la parte electrónica en las patillas | "Estas gafas con filtros ópticos de transmitancia variable son útiles y cómodas para personas que tengan Baja Visión, una característica común a muchas enfermedades visuales en las que se reduce la agudeza visual, como retinitis, retinosis pigmentaria, retinopatía diabética, etc.", explica uno de los investigadores que trabaja en el proyecto, Ricardo Vergaz, del Grupo de Displays y Aplicaciones Fotónicas (GDAF) de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), que realiza esta investigación en colaboración con el Centro de Tecnologías Electroquímicas de San Sebastián (CIDETEC) y el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid. "Más de un millón de personas pueden llegar a tener Baja Visión en España y estos filtros pueden ayudar a un gran porcentaje de las mismas", indica el profesor Vergaz. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, más de 135 millones de personas padecen Baja Visión en todo el mundo. |
Los investigadores ya han solicitado una patente de este dispositivo incluyendo la electrónica de control, que es la parte en la que se concentran los esfuerzos de los científicos del GDAF para conseguir que las personas con discapacidad puedan usar este dispositivo. Su trabajo va a presentarse públicamente esta semana en el marco de uno de los congresos mundiales de oftalmología más importantes del mundo: el ARVO (Association for Research in Vision and Ophthalmology), que se celebra en Fort Lauderdale (Florida, EE.UU.) del 3 al 7 de mayo. A este evento acudirán en representación de la UC3M los profesores Carlos Marcos Lucas y Juan Carlos Torres, que participan en el proyecto junto a otros investigadores del Departamento de Tecnología Electrónica de la universidad madrileña, como David Barrios, Virginia Urruchi y José Manuel Sánchez Pena.
La idea de iniciar esta línea de investigación, que comenzó hace más de tres años con financiación de entidades como IMSERSO o la Fundación de Lucha contra la Ceguera, surgió del hecho de que personas con Baja Visión que se acercaban a instituciones médicas como el IOBA en busca de gafas que mejoraran su calidad de vida se tenían que llevar una estuche con varias gafas con sendos filtros de colores diferentes, con unas curvas de transmisión estudiadas para usarlas en situaciones de distinta iluminación. "Entonces pensamos: ¿Por qué no llevarse una única gafa que cambie de color a su voluntad?", comenta Ricardo Vergaz. Hasta ahora se han empleado en algunos casos filtros fotocromáticos (gafas normales que se oscurecen cuando hay sol), pero suelen ser lentos en comparación con los nuevos filtros electrocrómicos, pasando de minutos a segundos, indica el investigador.
El equipo de investigadores continúa trabajando y desarrollando prototipos que van actualizando a medida que optimizan materiales y avanza la investigación. La parte electrónica estará muy optimizada a finales del próximo verano. "Después, si conseguimos financiación podremos fabricar cristales, fabricar un prototipo adecuado y comenzar el estudio clínico en un año -señala Vergaz-, y si todo sale bien en un futuro cercano se podría mejorar la vida cotidiana de muchas personas", concluye.
ENVIADO POR MABEL
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