jueves, 16 de septiembre de 2010

Tecnología 3D




Problemas con las películas 3D y fatiga ocular

El diario San Francisco Chronicle publicó el pasado 20 de febrero de 2010 un artículo firmado por el periodista Erin Allday acerca de la visión binocular y las películas en 3D. Según Allday, “parece que la tecnología 3-D se va a afianzar, y los doctores señalan que sus fabricantes deberían tomar las medidas necesarias para que resulte cómoda para la visión”. De acuerdo con un especialista de Optometría de la Universidad de Berkeley que ha estudiado la visión en tres dimensiones, tanto en la vida real como en las salas de cine, incluso la tecnología 3D más moderna y realista puede provocar fatiga visual después de un largo período visionado.

La buena noticia es que los cineastas están trabajando con médicos y otros expertos de la visión para asegurarse de que el entretenimiento es bueno para los ojos. “Está calando el mensaje de que debemos hacer algunas cosas para que la experiencia de las personas sea satisfactoria”, comenta Martín Banks, profesor de Optometría en al Universidad de California en Berkeley. “Con la tecnología 3D, puede que las imágenes aparezcan delante de la pantalla, o a una distancia más allá de la pantalla, y el riesgo de fatiga visual surge porque el cerebro intenta averiguar dónde enfocar los ojos.

Estamos acostumbrados a enfocar algo exactamente donde percibimos que está: mantén un dedo delante de la cara y quedará enfocado rápidamente. En un cine 3D, si parece que una mano viene hacia nosotros, nuestro cerebro tiene que descubrir que necesita enfocar la imagen de la mano en la pantalla, no la imagen delante de nuestra cara. Esto significa que los ojos necesitan hacer pequeños ajustes con frecuencia para enfocar correctamente. Durante un intervalo de tiempo corto, por ejemplo, al mirar una fotografía 3D, no pasa nada, pero a lo largo de una película de dos horas puede llegar a cansar”.

Allday añade que “los especialistas de la visión afirman que la mayoría de las personas no tiene porqué preocuparse, ya que no hay evidencia de que la tecnología 3D sea dañina para la visión a largo plazo”. Dado que el 3D se está generalizando, Banks ha destacado la importancia “de que se hagan más estudios”. En un pequeño estudio realizado por Banks en 2008, las personas que veían películas 3D manifiestan síntomas leves como fatiga ocular y dolores de cabeza. “Cualquier persona que experimente incomodidad durante una película debería quitarse las gafas y descansar durante un rato”, señala Banks.

El periodista del SF Chronicle añade que los investigadores esperan que los televisores equipados con tecnología 3D se empiecen a comercializar este año, y “que no pasará mucho tiempo antes de que se puedan ver imágenes 3D en teléfonos móviles y ordenadores”.

La Tecnología 3D causa conflicto de acomodación y convergencia.

El cine y la televisión 3D pueden generar hasta siete problemas preceptúales diferentes, según Martin Banks, profesor de Optoemtria y Ciencias de la Visión de la Universidad de California en Berkeley.

El éxito de las películas 3D ha venido acompañado de quejas de algunos espectadores, que padecían dolores de cabeza y tensión ocular. Y con la avalancha que se espera de televisores 3D, reproductores de Blu-Ray y juegos, algunos expertos piden que se realicen más investigaciones acerca de la tensión ocular asociada al 3D, en particular en pantallas más pequeñas y que se sitúan más cerca del usuario.

De acuerdo con Banks, el 3D artificial causa “conflicto acomodación-convergencia”, porque los espectadores deben enfocar a una distancia (donde se emite luz desde la pantalla), pero convergen a otra distancia (el espacio en que parece que está el objeto 3D). Esta diferencia de distancia en el visionado 3D puede ser la fuente de dolores de cabeza y otras incomodidades. “En 3D, el vínculo natural entre convergencia y acomodación está roto”.

La tecnología 3D engaña al cerebro al mostrarle una imagen al ojo derecho y otra al ojo izquierdo. El cerebro junta ambas imágenes para producir una imagen en 3D. En las últimas películas en 3D, las gafas polarizadas filtran las diferentes imágenes para cada ojo. En los televisores 3D, las gafas obturadoras que funcionan con pilas se abren y se cierran muchas veces por segundo de forma sincronizada con la imagen de la pantalla para mostrar en cada ojo una imagen diferente.

Muchas personas pueden ver en 3D sin experimentar ninguna dificultad, pero Rosenberg cree que los problemas oculares leves podrían verse amplificados ligeramente con el 3D. Si los niños experimentan tensión ocular, “deberían acudir a un especialista para determinar el problema subyacente”.

El conflicto de acomodación-convergencia puede ser peor en la pequeña pantalla. “A medida que nos alejamos de la pantalla, sus consecuencias tienden a ser menores”, señala Banks. “No me preocupan las salas de cine, porque la distancia es grande”. Pero, recientemente, ha realizado una encuesta que sugiere que los usuarios tienen más probabilidades de experimentar problemas cuando están a menos de un metro de la pantalla.

El equipo de Banks ha desarrollado un dispositivo diseñado para evitar el conflicto de acomodación-convergencia. Una lente delante de cada ojo enfoca las imágenes para resolver esta discrepancia. “Dado que la posición del usuario se conoce en el montaje, el dispositivo puede corregir correctamente el enfoque de manera óptica”. En estudios con 17 voluntarios, los usuarios manifestaron significativamente menos síntomas relacionados con el cansancio ocular, claridad de la visión y dolores de cabeza que cuando no utilizaron el dispositivo para ver las imágenes 3D. En cuanto a si el montaje es demasiado aparatoso y caro para ser usado por el consumidor final, Banks sugiere que se podría utilizar en aplicaciones 3D especializadas en cirugía y diseño informático.

Sullivan señala que el esfuerzo mental inconsciente de reconstruir objetos 3D artificiales no es lo único que puede producir dolores de cabeza y otros síntomas negativos. Dichos problemas pueden ser causados también por errores en el contenido, incluso pequeñas diferencias de tamaño entre las imágenes izquierda y derecha y cualquier otro tipo de desalineación. “Esto es fácil de controlar en películas generadas por ordenador, pero bastante difícil en escenas reales, como el futbol”, que tiene que convertirse a 3D rápidamente, recuerda Sullivan. “Estos problemas comenzarán a aparecer cuando veamos informerciales en 3D y contenido de baja calidad con menos atención al detalle”, finaliza.

Fuente: Revista Gaceta Óptica. Órgano Oficial del Colegio Nacional de Ópticos – Optometristas de España. Edición No. 450. Mes Julio/Agosto 2010

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