sábado, 29 de enero de 2011

Úlceras de córnea a repetición



Muchos pacientes consultan porque experimentan un severo dolor, visión borrosa y fotofobia cuando despiertan por la mañana. Se dirigen prestamente a una guardia oftalmológica o a su oftalmólogo de cabecera, donde se les da un tratamiento que les cura el proceso agudo, pero tarde o temprano, y con cierta periodicidad, este ataque vuelve a recurrir. Y es precisamente este término el que define la afección: los oculistas la llaman “erosión corneal recurrente”.

Se debe a que el párpado “se pega”durante la noche al tejido superficial de la córnea, llamado epitelio, y al abrir el ojo, el párpado arranca células del epitelio ocasionando una úlcera dolorosa de la córnea. Esta enfermedad puede ocurrir en uno o en ambos ojos, dependiendo de la causa. El problema es que existe una pobre adherencia de las capas profundas del epitelio corneal, a las que les falta un anclaje apropiado, como si las baldosas de un piso no estuvieran adheridas adecuadamente al contrapiso.

Las causas más frecuentes de esta dolencia son las heridas corneales previas (por ejemplo con una uña o una hoja de papel), las distrofias de córnea (enfermedades generalmente genéticas) y la sequedad ocular de diferente origen (hormonal, reumatológica, por efectos secundarios de medicamentos, etc).

Frecuentemente, para cuando el paciente ha llegado a la consulta, el epitelio de la córnea ya se ha curado espontáneamente. El oftalmólogo conoce este cuadro muy bien, y en general lo puede distinguir de otras úlceras periódicas, como las ocasionadas por el virus del herpes simple. Muchas veces, con el microscopio en el consultorio se ven alteraciones corneales que se asemejan a huellas digitales (distrofias en huella digital o en mapa) o microscópicos quistes epiteliales.

El tratamiento comienza por realizarse mediante medicamentos, tales como lubricantes en forma de lágrimas artificiales en gotas, geles o ungüentos. Comúnmente, también se apela al uso de ungüentos con una concentración mayor de sal antes de irse a dormir, que ayuda al epitelio adherirse a la capa profunda del epitelio, llamada membrana de Bowman (el “contrapiso del epitelio corneal”).

Dr. Alejandro Daniel Cisneros.

Especialista Jerarquizado en Oftalmología

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente identificada.
Tras un rasguño con papel, cada dos semanas despierto con ese dolor agudo.
Sigo echándome gotas ungüento pero.... Hay algo más que se pueda hacer????

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